Resulta que, hoy por hoy, México y el Mundo están en grave crisis económica... Y nosotros, simples mortales, después de tantas verdades a medias lo único que constatamos es que nuestra calidad de vida baja y baja.
El hecho es que, debido a factores externos que en absoluto nos atañen (o al menos así parece), estamos sufriendo las consecuencias de 'algo' que todavía en Enero de este año era cómicamente sustantivizado como "pequeño catarro" por el presidente de México. Y al parecer ese 'algo' se 'salió de control' desembocando en la triste situación que todos (en mayor o menor medida) conocemos.
Pero, ¿qué fue ese 'algo' -tan genéricamente llamado Crisis-?
Clarificar el elemento común de toda crisis económica no puede ser logrado en el segundo descontento publicado en este espacio. En cambio, podemos empezar hablando (o más bien escribiendo, que en el acto de la comunicación son lo mismo) de cómo comenzó la presente Crisis, ya que en éste caso todos contamos con el beneficio de la experiencia directa. Primero hablemos de la obsesión del mundo moderno, que tanto influyó en el trascurso de las cosas durante este año: el oro negro.
Comencemos, pues, por el otrora aumento descontrolado en el precio del petróleo. Realmente, el petróleo es un recurso de necesidad mundial: se requiere en algún punto de casi todo proceso industrial. Su precio se rige por la ley de la oferta y la demanda, es decir, mientras más gente (o países) lo quieran, más costoso es, y mientras menos petróleo haya, también es más costoso.
Desgraciadamente, por el lugar tan importante que ocupa en la industria, no aplican las leyes inversas, es decir, que si decreciera la demanda disminuiría el precio, o que a mayor oferta menor precio; esto se debe a que la demanda (o necesidad) del petróleo no decrece en el mundo, sino que más bien tiende a aumentar, y a que los países productores de petróleo (al menos la mayoría de los más importantes, reunidos en la OPEP) ajustan su producción de acuerdo a las necesidades mundiales, intentando evitar siempre que exista mayor oferta de petróleo que demanda, para garantizar la estabilidad del precio.
Si decimos que el precio del petróleo tiende a ser estable (lo que no significa que se mantenga estático, sino que aumenta o decrece en pequeñas proporciones), ¿cómo es que el precio, de 30 dólares aprox. por barril en el 2000, se haya exponenciado a más de 140 dólares en el 2008? ¿Significa que la industria mundial aumentó su capacidad de producción más de cuatro veces, y por ende necesitase más petróleo del que le pueden proporcionar, ocacionando un incremento en los precios? ¿O más bien significa que la mayoría de los países productores de petróleo de repente acortaron su producción a una cuarta parte, provocando el subsecuente aumento de precios?
Evidentemente, ni los países productores de petróleo redujeron su producción (tenemos los casos de México, EEUU y la OPEP), ni la industria mundial creció en ocho años cuatro veces su tamaño (aún contando el increíble crecimiento de China en los últimos años, que superó el 10% anual). Entonces, si ninguno de los dos factores antes mencionados de la (tan divinizada) ley de la oferta y la demanda se vio gravemente modificado, ¿qué impulsó la inverosímil alza del petróleo?
Existe un tercer factor que no pertenece propiamente al 'natural' intercambio de mercancías basado en la oferta y la demanda, y es la especulación. La especulación, en términos sencillos, se trata de la compra-venta a futuro de productos. Lo que la caracteriza, es que el precio de los productos especulados (en este caso el petróleo) no se determina en base a las necesidades reales de un momento determinado, sino que más bien se calculan o pronostican las condiciones a futuro, para a su vez pronosticar las necesidades a futuro, para a su vez pronosticar su precio. El detalle es que tal 'precio' no sólo es pronosticado, sino que en base a él es como se compra-vende en el momento actual.
El problema salta a la vista de inmediato: teniendo como base pronósticos (o especulaciones) del futuro se vende en el presente. Siguiendo con el petróleo, vemos entonces que los precios se mantenían estables hasta que un acontecimiento que no se pronosticó correctamente (cómo sucede cuando alguien intenta adivinar el futuro) se desarrolló diferente de lo predicho. Tal acontecimiento es la Guerra de Irak de Baby Bush.